domingo, 17 de junio de 2012

CALLE GENERAL VALDÉS



 Esta calle forma parte del entorno de la Alameda y de la Plaza del Rey, su trazado comienza en la calle Isaac Peral  y finaliza en la Alameda Moreno de Guerra. Su recorrido anterior llegaba hasta el final de la alameda.  La numeración de las viviendas y un rótulo instalado a la entrada del rectángulo de la alameda demuestran que el recorrido ha sido reducido.
Esta calle no ha sufrido demasiados cambios. Pocas edificaciones modernas hemos encontrado,  dos de ellas  en  las esquinas con la calle Sánchez Cerquero. 


Aspecto de la calle a mediados del siglo XX


Comienzo de la calle en la actualidad. Esta calle fue una de las primeras que se adoquinaron, habiendo mantenido aquellos grandes adoquines hasta hace poco, que fueron sustituidos por los de uso actual, así como sus aceras que han quedado enlosadas y al mismo nivel de la calzada.


Rótulo de la calle.



Al comienzo de la calle haciendo esquina en la Plaza del Rey, estuvo durante muchos años el Restaurante El Pálido, en el local que posteriormente fue Confecciones El Parque, uno de los comercios de vestir más prestigiosos de su época y que se conocía como Casa Palmero, apellido del dueño de dicho comercio que tuvo sus comienzos en un pequeño local en la calle Calderón de la Barca y que poco a poco fue extendiéndose por los alrededores llegando abrir varios comercios en la calle Isaac Peral.
A mano derecha, donde aparece el comercio de pinturas Anfra,  hubo un salón de juegos con billares y futbolines, al que yo me asomaba por las ventanas que tenía a la altura del zócalo de esta calle. Como en otros recreativos las niñas no teníamos permitida la entrada, hablamos de finales de los años 60.


En esta fotografía aparecen los escaparates del comercio, ya cerrado, de Confecciones El Parque.
En su lugar estaban las ventanas del Bar El Pálido que hemos comentado. Vemos la fachada de este tramo de calle del mismo tipo de las que rodean la Plaza del Rey, del arquitecto Torcuato Cayón.


Las primeras fachadas de la calle a su derecha e izquierda, son laterales de los edificios de viviendas que rodean la Plaza del Rey.


Podemos observar una entreplanta de menor altura que los pisos superiores.


Almena de la casa que acabamos de comentar. De pilar cuadrado con pequeña moldura en el pilar y moldura bajo la base. El adorno que la remata está incompleto.


Destaca esta vivienda con la fachada de piedra vista en la planta baja, que pertenece al Dr. Colombo, conocido ginecólogo de la ciudad.


Fachada de la misma vivienda por la calle Saturnino Montojo.


Las almenas de esta casa tienen pilar cuadrado con cartelas y termina con una moldura bajo la base que remata con copa con tapa.


Fotografía nocturna de la misma esquina.


Herraje del balcón del piso alto en el que figuran unas iniciales y año de 1849.


Balcón cerrado en la planta alta.


Ventana con herraje sin cerramiento. Reja adornada con rosetón.


Esta otra vivienda es de gran belleza,  de corte isleño, cuenta con tres plantas y torreón. Hace esquina con la calle Saturnino Montojo y tiene entrada por ambas calles.


Es raro encontrar viviendas con tres plantas en nuestras calles, salvo la calle Real.


Fotografía de la misma casa un día soleado.


Uno de los tipos de almenas de esta calle. De pilar cuadrado y adorno de copa con tapa. Moldura al final del pilar. Casa nº 3.


Edificio construido en la esquina con Saturnino Montojo que recorre todo el primer tramo de ésta en el lado izquierdo. Tiene entrada también por la calle Real.  En este edificio se han instalado diversas oficinas. 


Edificio a la izquierda, en la esquina con la calle Sánchez Cerquero. La parte baja está ocupada por locales comerciales.


A la derecha, encontramos otro edificio moderno, construido en el año 1974. Locales comerciales en la planta baja.


En la imagen tenemos una serie de viviendas accesorias que surgieron a raíz del crecimiento demográfico y la falta de permisos, y medios económicos, para nuevas construcciones. Así se fueron abriendo puertas en un mismo edificio que quedaba dividido en su interior en varias viviendas. Es destacable la terminación de la fachada que parece que hubiera sido concebida para albergar otro piso arriba, así lo demuestran los huecos del pretil y la forma de la cornisa., que en la calle Sánchez Cerquero se ha perdido casi en su totalidad. Es original también la forma redondeada de la esquina.



Fotografía publicada en el libro Calles de la Isla de José Carlos Fernández.


Imagen actual tomada desde el mismo punto que la anterior.


Nos ha llamado la atención el portón de esta vivienda.



Las almenas de las casas nº 5 y 7 son iguales. Las fachadas de ambas viviendas siguen la misma línea teniendo la cornisa y el pretil corridos.


Original reja de los cierros de la casa que hace esquina con la calle Sanchez Cerquero, con los hierros terminados en lanza en la parte superior.


En esta calle encontramos más casas de dos plantas que en otras que hemos visitado en este barrio, como pueden ser Isaac Peral, Sánchez Cerquero o Saturnino Montojo en las que hemos visto casas de dos plantas pero su planta alta suele ser de nueva construcción. Esta calle sin embargo tiene muchas viviendas con piso alto original.


Cierros altos en las casas nº 9 y 11 de esta calle.


La fachada de las casas 9 y 11 ha sido restaurada recientemente como podemos comprobar por las dos imágenes que hay anteriores.


Almena de las casas nº 9 y 11, pilar cuadrado con contrafuertes. Parece que les falta el adorno final.


Casapuerta de la vivienda nº 9. Puerta para la planta baja y escalera a la derecha para el piso alto.


Casapuerta casa nº 12. Suelos de mármol y azulejos a media altura. Techos de vigas con bóvedas.


Azulejo de serie de Jesús Nazareno en la fachada de la casa nº 12.


Junto al nº 12 de la calle encontramos un local que fue almacén de la Hermandad de Medinaceli entre los años 1983 y junio de 1998 que fue inaugurada la nueva casa de Hermandad en la calle Amargura.


Almena de la casa nº 12 del mismo tipo que la primera que hemos visto en esta calle. También está incompleto el adorno que la remata.


Casapuerta con escalera a las viviendas que quedan en una planta alta junto al nº 12.


Las casas 14 y 16 se ven restauradas y se han sustituido los herrajes antiguos por otros menos vistosos y los cierros son de aluminio en vez de madera.


La casa nº 13 es una gran vivienda que tiene la puerta a un lado y tres cierros sin cerramiento interior. A la izquierda tiene una edificación que debe ser el acceso a la azotea. Esta casa tiene otros dos cierros por la calle Losada.


En la imagen el castillete de la vivienda sobre el último de los cierros de la fachada principal.


Almena de la casa nº 13 con pilar cuadrado terminado con una pequeña moldura y adornado con jarrón.


Azulejo dedicado a la Virgen de la Esperanza ( año 1997),  colocado en una fachada de esta calle, a pocos metros de la esquina con la calle Losada. Es obra de Juan Pérez Bey. 



La casa que hace esquina con la calle Cecilio Pujazón, la nº 18,  tiene fachada también por dicha calle y en una parte de la misma se ha instalado un bar.  Ha sido pintada recientemente como podemos comprobar en la imagen sacada de google maps del año pasado. Tiene arcos escarzanos en  puerta y  ventana. Herraje sencillo en los cierros y pretil con cartelas y almenado.


Almena octogonal con base escalonada y adorno decorado con motivos florales. 


Imagen de google maps. de 2015.  Vemos la casa nº 18 con su anterior aspecto.


El edificio que encontramos en la esquina con la calle Losada ocupa toda la manzana, teniendo fachadas a las calles Losada, General Valdés, Real y a la Alameda Moreno de Guerra. Solo la esquina donde se encuentra la Pastelería la Victoria ha sido modificada con lo que se ha alterado la línea del edificio.


Balcón del piso alto de este edificio.


En el último tramo hay una casa de grandes dimensiones con balcones en  la planta alta. La fachada está decorada con pilastras adosadas y molduras sobre los dinteles de los balcones.


Almena de la casa nº 20. El pilar cuadrado pero de menos altura y el remate es un jarrón con tapa.


Rótulo de hierro que aún se conserva en el último tramo de la calle.


Detalle de una reja de ventana situada en la casa que hace esquina con Losada, cercana a la Alameda Moreno de Guerra.


Imagen de la ventana completa. En este tramo, ya el último de la calle en su lado izquierdo, hubo dos puertas accesorios como hemos podido comprobar por los números que aún se conservan en ella.



Así eran marcados los números de las accesorias.


En este punto queda el final de la calle General Valdés y el comienzo de la Alameda Moreno de Guerra.



Encantadora la fachada roja de esta vivienda, la antiguamente conocida como "Casa de las Cadenas", que encontramos en  la Alameda Moreno de Guerra por donde seguía discurriendo la calle que estamos comentando. 


Esta casa fue el lugar donde se alojó el Rey Felipe V en su visita a la Isla de León en mayo de 1729. Por este motivo y por haber sido refugio de la custodia del Corpus en un día de lluvia, se le otorgó por dos veces el ser poseedora de cadenas. 

Detalle de la vivienda. Destacar el remate de la reja del cierro.


Original el cerramiento de los cierros de la planta alta con el mismo remate que los anteriores.


Imagen de google maps.

La calle General Valdés fue denominada oficialmente el día 24 de diciembre de 1890.

Anteriormente había sido citada en los censos de los años 1768/1866 con el nombre de Belén.
El 6 de diciembre de 1866 aparece con la denominación de Topete, uno de los marinos que estuvieron en la Batalla Naval del Callao de  Lima, Perú, el 2 de mayo de 1866. 




Cayetano Valdés y Flores Bazán y Peón (Sevilla28 de septiembre de 1767 – San Fernando6 de febrero de 1835), marino y militar español, 17º Capitán General de la Real Armada Española

Sentó plaza de Guardiamarina en el Departamento de Cádiz, antes de cumplir los 14 años de edad, en 1780. 
 Terminados sus estudios, embarcó en la escuadra de Luis de Córdova que bloqueaba Gibraltar mientras la plaza era atacada por el duque de Crillón. Tomó parte en el combate en el estrecho de Gibraltar en 1782 contra el almirante Howe, y en la primera expedición contra Argel de Antonio Barceló al año siguiente.
Formó parte asimismo, ya de teniente de navío, de la expedición Malaspina que contorneó toda América del Sur y dio la vuelta al mundo visitando las colonias españolas, expedición emprendida con objeto de conocer las necesidades políticas, económicas y militares de aquéllas, además de realizar el estudio hidrográfico de las costas propias y extrañas, así como de la astronomía y ciencias naturales.
En 1797, mandando el navío Infante don Pelayosalvó al buque insignia, Santísima Trinidad,  de caer en manos de los enemigos. Por esta acción fue ascendido Valdés a capitán de navío.
En el mismo año de 1797 tomó parte en la defensa de Cádiz contra las fuerzas de Nelson, a las órdenes del nuevo almirante de la Armada José de Mazarredo.
En este puerto, por ser el Pelayo uno de los navíos que se entregaron a la Francia napoleónica por el Tercer Tratado de San Ildefonso, pasó a mandar el Neptuno, que era el navío insignia del general Federico Gravina.
En agosto de 1805 zarpó la escuadra de Ferrol, uniéndose a la combinada de Gravina y Villeneuve. En el combate de Trafalgar, reñido el 21 de octubre de aquel año contra la escuadra de Nelson, ocupaba el Neptuno la cabeza de la línea de combate, formando parte de la división de vanguardia mandada por el contralmirante Dumanoir. Ya trabada la lucha, el Neptuno, a pesar de la lentitud de decisión de Dumanoir, dio media vuelta y acudió en auxilio del Bucentaure y del Santísima Trinidad.
 Valdés recibió una herida grave perdió el conocimiento y los que quedaron en el Neptuno, ya maltrecho y sin valor combativo, decidieron su rendición.
Al abdicar Carlos IV,  Valdés fue depuesto y residenciado ( tuvo que dar cuentas a un juez por su actuación mientras desempeñaba un cargo público).  Al implantarse el absolutismo en 1814, con Fernando VII, Valdés fue confinado en el castillo de Alicante y no quiso pedir clemencia al rey por considerarse libre de toda culpa.
Al invadir España el duque de Angulema, se trasladó el gobierno a Cádiz, resuelto a hacer revivir, si preciso era, las glorias del sitio de 1810; al negarse el rey a trasladarse a dicha plaza se le incapacitó y, a propuesta del diputado Alcalá Galiano, fue nombrada una regencia compuesta por Valdés, Gabriel Ciscar y el teniente general del ejército Gaspar Vigodet. Al fin el rey llegó a Cádiz y la regencia se apresuró a resignar en él sus poderes, haciéndolo el día quince de junio de 1823. Empezado el sitio por los franceses, Valdés fue nombrado general en jefe de las fuerzas de tierra y mar. 
Terminada la tensión de guerra y finalizado el sitio el uno de octubre de 1823, al trasladarse el rey y la real familia al cuartel general francés, Valdés, por ser el oficial de marina más caracterizado, patroneó como prescribe la ordenanza, la falúa que condujo a las reales personas al Puerto de Santa María. Ya había sido advertido por el general francés nuevo gobernador militar de Cádiz, de que iba a ser encarcelado, pero no quiso ponerse a salvo para no dar la sensación de que tenía algo que temer.
Una vez en el puerto, para librarle de la prisión y muerte, el general francés le arrestó preventivamente en uno de sus buques al que dio orden de salir inmediatamente para Gibraltar, con el sólo objeto de salvar al capitán general español.
De Gibraltar pasó Valdés al Reino Unido, donde vivió diez años, siendo tratado con respeto, caballerosidad y admiración; con los que en guerra tanto habían combatido.
Merced a la amnistía decretada por la reina gobernadora doña María Cristina, Valdés volvió a España, siendo nombrado capitán general de la Armada y dándosele el mando del departamento de Cádiz. Fue nombrado después Prócer del Reino. Falleciendo en San Fernando el seis de febrero de 1835.





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