lunes, 25 de junio de 2012

CALLE CALDERÓN DE LA BARCA




Calle Calderón de la Barca

 Su trazado va desde Cecilio Pujazón, la calle del Observatorio, como muchos la llamamos, a Hermanos Laulhé, pasando por la parte trasera del ayuntamiento y por una de las puertas del Mercado Central. A partir de ahí continúa con el nombre de Cayetano del Toro.


Esquina con la calle Saturnino Montojo, a la derecha de la imagen Existió una tienda de ultramarinos, "La Vejeriega", en la que trabajaban varias hermanas, hijas de la dueña que era de Vejer. Después de cerrar aquel negocio hubo uno de artículos de limpieza y droguería, pero también cerró. En la primera foto de esta entrada podemos ver el anuncio luminoso de dicha droguería.


En este lugar estuvo la primera floristería de José María Carbonell que luego fue trasladada a la esquina con la calle Isaac Peral, a pocos metros de la anterior que vemos en la imagen. 


Es una pena el estado ruinoso en el que se encuentra la casa que hace esquina con la calle Saturnino Montojo. Es una gran casa tanto por sus dimensiones como por las características de su construcción, típicas de las casas isleñas, con varios cierros a dos calles, almenas decoradas con copas, cornisa, etc... En la foto anterior vemos la reja del balcón, lo único que ha quedado de la habitación que había en la parte alta de la vivienda que se encuentra totalmente desprovista de techos.  


La misma casa de la foto anterior en 2018, tras su restauración.


Fachada principal de la misma vivienda a la calle Calderón de la Barca, lateral a Saturnino Montojo. 


En mitad del recorrido de la calle, haciendo esquina con Saturnino Montojo, se encuentra este mosaico de la Virgen de Fátima, situado donde antes hubo una hornacina con la misma virgen y una pequeña balconada donde siempre había flores  (aparece en la primera foto de esta entrada).


Una de las zonas que aún conserva el mismo aspecto es este tramo en el que encontramos dos patios de vecinos con las mismas características.

Imagen publicada en la página Fotos de la Real Isla de León.

Imagen tomada desde la esquina con la calle Cecilio Pujazón. 


El establecimiento que hace esquina, que vemos en esta foto, también pertenecía al grupo de viviendas, dando una de las puertas a la calle Sanchez Cerquero. En la acera del frente, en este mismo tramo se han abierto, una baguettería, llamada La Isla, que tiene servicio a domicilio, y un restaurante, El Asador. 



Casapuerta de entrada a uno de los patios antes mencionados.




Interior del patio al que dan las puertas de distintas viviendas.



En la parte trasera del ayuntamiento hubo una escuela pública para niños llamada San José, haciendo esquina con la calle Isaac Peral.


Puerta trasera del ayuntamiento que se encuentra en esta calle frente al comienzo de la calle José López Rodríguez.Por esta puerta se podía pasar al interior del ayuntamiento donde había instaladas varias oficinas de atención al público y se podía acceder a la parte delantera del edificio bajo los soportales de la entrada.


Imagen de google maps

La calle Calderón de la Barca fue denominada oficialmente el día 25 de abril de 1874.
Anteriormente tuvo el nombre de Santa Catalina de Siena y años más tarde aparecía como Santa Catalina de Sena (vemos el error en la nomenclatura) después de un breve periodo en el que tuvo el nombre de Numancia como aparece el día 3 de Mayo de 1873, y que tuvo hasta el día 25 de abril de 1874 en que se denominó con el nombre actual.


Catalina Benincasa, conocida como santa Catalina de Siena,  O.P. (Orden de predicadores, también orden dominicana (* Siena25 de marzo de 1347 – † Roma29 de abril de 1380) fue una santa católica. La Santa Sede la reconoce como co-patrona de Europa e Italia y Doctora de la Iglesia, título otorgado por el papa Pablo VI en 1970.  Fue canonizada por Pío II en 1461. 
Considerada una de las grandes místicas de su siglo (Siglo XIV), destacó asimismo su faceta de predicadora y escritora, así como su decisiva contribución al regreso del papado a Roma tras el exilio de Aviñón. Es una santa muy venerada y popular en fundaciones, iglesias y santuarios de la Orden dominicana.




El nombra actual corresponde al escritor Calderón de la Barca cuyo verdadero nombre era Pedro Calderón de la Barca y Barreda González de Henao Ruiz de Blasco y Riaño que nació en Madrid el 17 de enero de 1600 y murió en 1681 en la misma ciudad. En su juventud fue militar pero cuando enviudó se dedicó a la vida religiosa, siendo uno de los escritores más prolíficos de nuestra literatura.Sacerdote católico y caballero de la Orden de Santiago, conocido por ser uno de los representantes del Barroco del Siglo de Oro, especialmente por su teatro.
Su padre, Diego Calderón, era hidalgo y fue secretario del Consejo y Contaduría Mayor de Hacienda de Felipe II y Felipe III. Se casó con Ana María de Henao, perteneciente a una familia también de origen noble.
Empezó a ir al colegio en 1605 en Valladolid, porque allí estaba la Corte, pero como destacó en los estudios, el padre, de carácter autoritario, decidió destinarlo a ocupar una capellanía que estaba reservada por la abuela a alguien de la familia que fuese sacerdote,  en 1615, al fallecer su padre, marchó a la Universidad de Salamanca, donde se graduó de bachiller in utroque, esto es, en derecho canónico y civil, sin llegar a ordenarse.
Decidió abandonar los estudios religiosos por la carrera militar y llevó una vida algo revuelta de pendencias y juego. También tuvo problemas en el ámbito familiar, pues el testamento paterno obligaba al dramaturgo y a sus hermanos a pleitear con su madrastra y a vender el cargo de su padre para pagar los gastos. Acaso por esto tuvo que entrar al servicio del duque de Frías, con quien viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625. Es posible que las difíciles relaciones con su padre influyeran en su teatro, donde es frecuente encontrar conflictos edípicos entre padres e hijos. El caso es que entre 1623 y 1625 participó en varias campañas bélicas, según su biógrafo Juan de Vera Tassis; anduvo enredado en un homicidio y en 1625 marchó como soldado al servicio del Condestable de Castilla. Su primera comedia conocida, Amor, honor y poder, fue estrenada en Madrid con motivo de la visita de Carlos, príncipe de Gales, en 1623. 
Desde 1625, proveyó a la Corte de un extenso repertorio dramático. La dama duende fue su primer gran éxito.
Con estas y otras comedias fue ganándose el aprecio del rey Felipe IV, quien empezó a hacerle encargos para los teatros de la Corte, ya fuera el salón dorado del desaparecido Alcázar o el recién inaugurado Coliseo del Palacio del Buen Retiro, para cuya primera función escribió en 1634 El nuevo Palacio del Retiro. Asimismo, eclipsada ya la estrella de Lope en los teatros, se ganó el aprecio del público en general en la década de los treinta con sus piezas para los corrales de comedias madrileños de la Cruz y del Príncipe. En 1635 fue nombrado director del Coliseo del Buen Retiro y escribió El mayor encanto, Amor, entre otros muchos y muy refinados espectáculos dramáticos, para los cuales contaba con la colaboración de hábiles escenógrafos italianos, como Cosme Lotti o Baccio del Bianco, y expertos músicos para las primeras zarzuelas que se escribieron, como Juan Hidalgo.
A mediados de los cuarenta, decretados sucesivos cierres de los corrales de comedias a causa de los fallecimientos de la reina Isabel de Borbón (entre 1644 y 1645) y del príncipe Baltasar Carlos (entre 1646 y 1649), así como por las presiones de los religiosos moralistas contrarios al teatro, desde 1644 hubo un lustro sin teatro. Muertos sus hermanos José (1645) y Diego (1647), el dramaturgo se sumió en una crisis que coincide con la de España, entre la caída del Conde-Duque de Olivares (1643) y la firma en 1648 de la Paz de Westfalia. Es más, hacia 1646 nace su hijo natural, Pedro José, y Calderón ha de replantearse su vida.
Cesaron las crisis interior y exterior al reabrirse los teatros en 1649 y al convertirse durante unos años en secretario del Duque de Alba; además, ingresó en los terciarios (Tercera orden de San Francisco) en 1650 y se ordenó sacerdote en 1651. Poco después (1653), obtuvo la capellanía que su padre tanto ansiaba para la familia, la de los Reyes Nuevos de Toledo, y, aunque siguió escribiendo comedias y entremeses, desde entonces dio prioridad a la composición de autos sacramentales, género teatral que perfeccionó y llevó a su plenitud, pues se avenía muy bien con su talento natural, amante de la pintura y de las sutilezas y complejidades teológicas. Siguió componiendo espectáculos para los reyes en el Palacio del Buen Retiro y para la fiesta teológica del Corpus, pero ahora se inclina por los temas mitológicos. Entonces ya era el dramaturgo más celebrado de la corte y todavía en 1663 el Rey siguió distinguiéndolo al designarlo como su capellán de honor, hecho que lo obligó a trasladar definitivamente su residencia a Madrid; la muerte del monarca en 1665 marcó un cierto declive en el ritmo de su producción dramática. Es nombrado capellán mayor de Carlos II en 1666.(wikipedia)

En resumen fue un autor prolífico, en las obras datadas podemos ver que el mismo año (1637) escribió tres obras dramáticas y un auto sacramental.  Aparte de las comedias  y dramas escribió teatro breve, y los autos sacramentales, e hizo colaboraciones con otros autores. 



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