La calle Tirso de Molina comienza en la calle Mayorazga y termina en San Marcos.
Al comienzo de la calle las dos viviendas cuyas entradas están por la calle Mayorazga, dan una imagen de simetría ya que ambas son de similares características y en estos momentos están pintadas del mismo color rojo inglés.
Al comienzo de la calle las dos viviendas cuyas entradas están por la calle Mayorazga, dan una imagen de simetría ya que ambas son de similares características y en estos momentos están pintadas del mismo color rojo inglés.
Almenas de la casa situada a la derecha del inicio de la calle, son de una casa de la calle mayorazga y destacamos que son almenas sin pilar, solo una pequeña peana donde sobre las que se apoyan las copas de adorno.
Portada de la casa nº 4, con forma de arco, detalle que hemos visto en muchas puertas y ventanas de esta zona.
Portada de la casa nº 5 . En sus escalones podemos apreciar el desnivel que tiene la calle.
En esta fachada de la casa que hace esquina con la calle San Bruno volvemos a encontrar la forma de arco en las ventanas.
Esta fotografía está tomada desde el mismo punto que la siguiente y podemos observar algunos cambios en las casas que han sido restauradas y dotadas de una planta alta.
Fotografía publicada a finales de la década de los ochenta del pasado siglo. Pertenece al libro "Calles de la Isla", de José Carlos Fernández.
Foto tomada en sentido del comienzo de la calle, al fondo queda la calle Mayorazga y podemos ver la parte trasera de la Casa de Lazaga.
Un toque diferente en el color de la fachada.
Portada de la casa nº 23 de la que vemos a continuación una imagen de su fachada con dos cierros de bonito herraje y un azulejo dedicado a la Virgen de la Esperanza.
Azulejo año 2003
Azulejo obra de Antonio M. Alías.
Cierro de la casa nº 25.
La casa nº 28 que hace esquina con la calle Velarde se encuentra en estado ruinoso, solo quedan en pie las fachadas ya que toda la techumbre se ha caído como hemos podido comprobar por una ventana.
Sencillo y clásico herreje del cierro de la casa nº 35, sin cerramiento y de gran anchura.
Al final de la calle hemos encontrado esta nueva edificación donde hallamos el Hostal San Marcos.
Vista del recorrido completo de la calle Tirso de Molina desde San Marcos. Vemos que es una calle recta y estrecha en la que se han respetado más que en otras zonas, las alturas de las casas. Se mantiene la estética de las calles isleñas.
La calle Tirso de Molina se llamó Vestuario y San Antonio. Ambas denominaciones aparecen en el padrón de fincas isleñas de los años 1801/ 1862. Siguió siendo San Antonio para el vulgo y Vestuario de Comedias hasta 1874, cuando en la revisión de ese año del callejero de la Isla se aprobó denominarla con el nombre actual.
Tirso de Molina (pseudónimo de fray Gabriel Téllez), (Madrid, 24 de marzo de 1579 - Almazán, Provincia de Soria, 12 de marzo de 1648), fue un dramaturgo, poeta y narrador español del Barroco.
Tirso de Molina destaca sobre todo como autor teatral. Su dramaturgia abarca principalmente la comedia de enredo, como Don Gil de las calzas verdes, y obras hagiográficas como la trilogía de La Santa Juana o La dama del olivar. Se le ha atribuido tradicionalmente la creación del mito de Don Juan en El burlador de Sevilla, cuya primera versión podría ser de 1617, con la obra Tan largo me lo fiais, editada en el siglo XVII a nombre de Calderón y que parte de la crítica atribuye a Andrés de Claramonte (no así otro sector de críticos, que la tienen como una versión emparentada con un arquetipo común escrito por Tirso entre 1612 y 1625); en la citada obra, Don Juan, un noble sevillano, altera el orden social deshonrando a cuantas mujeres se le ponen delante y finalmente es castigado por la estatua funeraria de una de sus víctimas, el padre de una de las damas burladas, que lo mata y lo arrastra a los infiernos. También se encuentra en discusión la autoría de El condenado por desconfiado, comedia de bandoleros a lo divino. Tirso fue el primer autor que dio profundidad psicológica a los personajes femeninos, que llegaron a ser protagonistas de sus obras. (Wikipedia)
Tirso de Molina destaca sobre todo como autor teatral. Su dramaturgia abarca principalmente la comedia de enredo, como Don Gil de las calzas verdes, y obras hagiográficas como la trilogía de La Santa Juana o La dama del olivar. Se le ha atribuido tradicionalmente la creación del mito de Don Juan en El burlador de Sevilla, cuya primera versión podría ser de 1617, con la obra Tan largo me lo fiais, editada en el siglo XVII a nombre de Calderón y que parte de la crítica atribuye a Andrés de Claramonte (no así otro sector de críticos, que la tienen como una versión emparentada con un arquetipo común escrito por Tirso entre 1612 y 1625); en la citada obra, Don Juan, un noble sevillano, altera el orden social deshonrando a cuantas mujeres se le ponen delante y finalmente es castigado por la estatua funeraria de una de sus víctimas, el padre de una de las damas burladas, que lo mata y lo arrastra a los infiernos. También se encuentra en discusión la autoría de El condenado por desconfiado, comedia de bandoleros a lo divino. Tirso fue el primer autor que dio profundidad psicológica a los personajes femeninos, que llegaron a ser protagonistas de sus obras. (Wikipedia)
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