La calle Jovellanos comienza en la calle Real, siendo hoy día parte de la Plaza del General Pidal ya que se ha eliminado el perímetro que la delimitaba, y termina en la calle San Juan de la Cruz.
Rótulo de la calle situado tras pasar la Plaza del Carmen.
El primer tramo de esta calle es un lateral de la Plaza del General Pidal o Plazoleta del Carmen, como la nombramos los isleños. Este era su aspecto en el año 2009. La casa de la esquina donde estaba el Bar de Pura, se ha restaurado en los últimos años quedando la fachada y el tramo de calle como vemos en la siguiente imagen.
Imagen actual de este tramo de la calle Jovellanos que queda integrada en la Plaza del Carmen. A la izquierda lo que eran las puertas del Bar de Pura que hacía esquina con la calle Real.
El nombre de la calle hace referencia al político asturiano Gaspar Melchor de Jovellanos, esta calle fue denominada oficialmente el día 25 de abril de 1874.
Para el vulgo fue el Callejón del Carmen y en el padrón de fincas isleñas aparece citada como Calle Nueva del Carmen entre los años 1776/1801. También como Carmen.
Gaspar Melchor de Jovellanos, bautizado como Baltasar Melchor Gaspar María de Jove Llanos y Ramírez (Gijón, 5 de enero de 1744 –Puerto de Vega, Navia, 27 de noviembre de 1811), fue un escritor, jurista y político ilustrado español.
Importante político asturiano junto a Argüelles, Campomanes, Riego y Estrada, como ya hemos comentado en la entrada dedicada a la calle Argüelles.
GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS
El día 5 de enero del año 1744 nació en la casa que hoy es el Museo que lleva su nombre, en el barrio de Cimadevilla, al lado del Ayuntamiento y de la Iglesia de San Pedro. Al día siguiente fue bautizado en dicha iglesia con los nombres de Gaspar Melchor Baltasar María; en aquella época la mortalidad infantil era muy elevada y de ahí la premura en el bautizo, de hecho cuatro de sus doce hermanos murieron prematuramente.
Sus padres, de familia noble pero no muy buena posición económica, destinaron a Jovellanos al orden eclesiástico, llevándolo a estudiar a Oviedo en un primer lugar y a la Universidad de Alcalá de Henares (una de las más prestigiosas ya entonces) más tarde. Faltaba poco para recibir las órdenes sacerdotales, cuando orienta sus pasos hacia la carrera de Leyes y finalmente se convierte en abogado.Los estudiosos de Jovellanos coinciden en señalar el carácter "humano" del personaje en esta toma de decisiones acerca de su futuro.
Con 24 años recibe el nombramiento de Alcalde del Crimen en la bella ciudad de Sevilla y hacia allí se encamina nuestro joven abogado acompañado de otro ilustre asturiano, Ceán Bermúdez, personaje que se mantendría siempre amigo suyo y al cual debemos muchos de los conocimientos que tenemos acerca de Jovellanos. Un dato que ya demuestra la valía de nuestro personaje lo constituye el hecho de ser el primer magistrado en abandonar el uso de la peluca, prenda tradicional en aquellos tiempos. Jovellanos siguiendo el consejo del Conde de Aranda hizo que le rizasen su cabello y dio pié al destierro de aquella tradición de la peluca. En la capital hispalense, se entrega con pasión a su trabajo y consigue la abolición de las torturas a los detenidos, bárbara tradición existente entonces. Infatigable, cultiva la literatura con obras poéticas y dramáticas, aprende inglés y comienza su actividad política que ya nunca abandonaría.
La etapa siguiente de su vida lo lleva a Madrid, tras su nombramiento como Alcalde de Casa y Corte de la capital. Corren las últimas décadas del siglo XVIII y en la capital el espiritu de la Ilustración, que cada día gana nuevos adeptos, consigue en Jovellanos uno de sus más fieles valedores.A este cargo le sucede el de miembro del Consejo de las Órdenes Militares, corre el año 1880. España está en guerra con los ingleses y el Despotismo Ilustrado gobierna la vida política del país. Jovellanos, apoyado por el Conde de Campomanes (influyente personalidad de su tiempo) accede a la Academia de la Historia y más tarde a la de la Lengua y a la de Bellas Artes. En su cargo, dispone de más tiempo y visita Asturias, recorriendo casi toda la provincia y tomando datos con los que posteriormente elaboraría jugosos informes acerca de la situación del Principado y apuntaría posibles soluciones a los problemas detectados.
Cuando fallece Carlos III, el nuevo rey Carlos IV se rodea de una camarilla de personajes ansiosos de poder, entre ellos Manuel Godoy, que intentan imponer en la Corte sus caprichos y órdenes. Uno de los "afrancesados"y gran amigo de Jovellanos, Francisco Cabarrús, es encarcelado y nuestro personaje intenta rehabilitarlo atrayendo con ello la animadversión de los poderosos de la Corte. Lo único que consigue es que lo destierren a Asturias con el pretexto de elaborar un informe sobre la minería asturiana.
Esta nueva estancia en su Asturias le permite conocer mejor a sus gentes y sus tierras, reflejando en sus escritos interesantes observaciones sobre las costumbres, el bable, las vestimentas populares, los monumentos (a él debemos el término de Prerrománico Asturiano). Consigue crear en Gijón un Instituto ( año de 1794) para enseñanza de disciplinas como náutica, mineralogía, etc. Fue Jovellanos también una de las primeras voces en vislumbrar la necesidad de un puerto para Asturias, puerto que un siglo más tarde se ubicaría en El Musel, al lado de Gijón. En ese mismo año, su febril actividad, le lleva a publicar su famoso Informe sobre la Ley Agraria. En esa época pasaba temporadas estivales en la casa de sus antecesores ubicada en el barrio de Buznego, en Peón, Villaviciosa, al lado del placentero río España.
La vida del gran liberal, sufre un nuevo revés: le nombran Embajador en Rusia, en un intento de apartarlo definitivamente de la Corte.Preparado para la marcha, el nombramiento se conmuta por el de Ministro de Gracia y Justicia (¡los vaivenes de los poderosos de entonces! ) donde pretendían manejarlo a su antojo. Se dice que intentaron envenenarlo y que la parálisis de su mano derecha que empezó por entonces fue consecuencia de algún tóxico, el caso es que los numerosos enemigos de Jovellanos, influyen en que antes de un año, sea destituido de su cargo.
Vuelve de nuevo a Asturias y en 1801 le arrestan y sufre destierro, primero en la Cartuja de Valldemosa y luego en el castillo de Bellver (Mallorca). Los ingleses le propusieron rescatarlo, pero Jovellanos no aceptó, más estando España en guerra con Inglaterra. Por fin en 1808, el nuevo rey Fernando VII decreta la libertad de Jovellanos. Con España invadida por las tropas napoleónicas, Jovellanos se refugia en Jadraque (Guadalajara) donde el genial Goya realizaría un acertado retrato del patricio gijonés. Huyendo de los franceses, viaja a Galicia y en 1811 arriba por fin a Gijón.
Con 65 años y amenazado por las tropas francesas, se embarca con algunos de sus amigos hacia Galicia, pero el estado de la mar obliga al barco a refugiarse en Puerto de Vega, bello pueblo marinero cercano a Navia (Asturias), donde fallece de una neumonía el 29 de noviembre del año 1811.
Dejó numerosos escritos políticos, informes, obras dramáticas ( El delincuente honrado) y poesías. En su recuerdo, Gijón tiene un Instituto Jovellanos, en el parque de Isabel la Católica está el "sauce de Jovellanos" y en el barrio del Natahoyo el "mirador de Jovellanos". También está el teatro municipal Jovellanos, una calle que lleva su nombre y su casa natal que guarda el imborrable recuerdo de su personalidad y su época.
(http://www.el-caminoreal.com/historia/politicosasturianos.htm)
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