sábado, 16 de marzo de 2013

CALLE HERNÁN CORTÉS



La calle Hernán Cortés comienza en la Avenida del Cid y finaliza en la calle Santo Domingo, a partir de ahí, en la misma dirección continua la calle Santa Teresa de Jesús. Aunque su numeración está en sentido contrario. 
En esta imagen podemos ver a la izquierda el muro que rodea el Instituto de Enseñanza Secundaria "Isla de León". Queda en el barrio de la Pastora.


El tramo siguiente, que vemos en esta imagen, se estrecha para una vez llegar a la esquina con la calle Carraca volver a ensancharse, entrando en la Plaza Sánchez de la Campa.
En la acera de la derecha hemos encontrado un nuevo bar que se ha abierto en el mismo local donde estuvo "Casa Gonzálo",  y anteriormente el güichi de Cristóbal.



En esta foto vemos el bar que antes mencionábamos. Por el nombre del mismo,  que vemos rotulado a mano derecha, ya podemos hacernos una idea de sus reducidas dimensiones.


En la esquina con la calle Carraca hoy día hay una cervecería pero a mediados del siglo pasado estaba el puesto de Pura.


A continuación quedan dos viviendas y en los locales bajos hay una frutería y una freiduría. 


En el nº 27, junto a una bonita fachada, se encuentra la Peña Carnavalesca La Bandurria. En este lugar hubo una peluquería de caballeros.


Un pequeño cierro en alto, sobre la portada de la peña.


En este mismo lado de la calle nos encontramos unos metros más adelante con esta hermosa casa que debió ser una de las mejores de la calle. En ella hay uno de los patios de vecinos de la calle.



Esta es la imagen actual de la casa cuyo aspecto se mantiene igual salvo la chambrana de la puerta que ha quedado con la piedra vista. De esta forma destaca sobre la fachada. 


Primer patio de la casa nº 27. Pozo central con elaborado herraje. Lo corona una cruz de Malta y bajo ella hay una inscripción.


Soy de Don Juan


Gautier



Tras el segundo patio un largo pasillo comunica con las viviendas del fondo.


Reja de la puerta de la casa nº 27.


Flor decorativa del herraje del cierro doble de esta casa nº 27. Las azucenas son el símbolo de la Virgen María.


Todo el tercer tramo de la calle, desde la calle Carraca hasta la de Augusto Miranda queda ocupado por un lateral de la Plaza Sánchez de la Campa. 


A lo largo de nuestro recorrido por la ciudad hemos visto en varios cierros este tipo de decoración de flores de hierro fundido, en este caso se trata de azucenas pero también podemos encontrarnos con granadas que simbolizan la Caridad. Comentar que son muchas las casas isleñas que poseen este tipo de cierro doble cuyas fotos hemos ido publicando en sus respectivas calles.


La casa nº 25 es también un patio de vecinos.


Casapuerta de la casa  nº 25


Fondo de esta casa. Detrás pisos militares.


Como podemos ver en esta foto, el pasillo por el que se accede a las diferentes viviendas es bastante largo, la foto no está tomada desde el final.


A mitad del recorrido hay una escalera  de acceso a una vivienda en alto.


Otro de los rincones de este patio.


Hay muchas fachadas que se mantienen casi como a mediados del siglo pasado. Varias con pretiles sin almenar.


(Francisco Lozano Montañés) 

Fotografía de la calle Hernán Cortés en los años sesenta del pasado siglo. A la derecha el negocio de Bonet. 


 En la actualidad, así está la finca donde estuvo Rabogar, el negocio de Rafael Bonet que tenía al lado su vivienda que aún está casi como entonces. 


En esta fachada había otra puerta que ha sido cerrada.


Hay muchas casas de fachadas sencillas con ventanas en vez de cierros y poco decoradas. 


En el nº 19 hay otro patio de vecinos. Su fachada es sencilla simétrica, con dos ventanas enrejadas a ambos lados de la puerta. Con pretil decorado con cartelas y con almenas con remate escalonado.


Interior del patio donde aún queda el edificio central donde estaban las cocinas que eran comunes. Los servicios estaban en esa zona de cemento que vemos delante.


Detrás podemos ver viviendas de marina de la calle Cartagena.


Casapuerta de la casa nº 19


Fachada de la casa nº 14 


Fotografía de Carmen Lozano Montañés. Josefa Montañés y su marido Enrique Rozano en la puerta de su casa que entonces tenía el nº 12.


Hoy día la casa sigue perteneciendo a la familia y la ocupa Ana Fernández, la nuera del matrimonio que hemos visto en la foto anterior, viuda de Enrique Rozano Montañés.


Detalle del portón interior



Medio punto del patio.


La casa nº 12 es de nueva construcción. De dos plantas y se ha decorado con piedra ostionera. Cierro doble en la planta baja y balcones en el primer piso. Pretil almenado.


En la fachada hay un azulejo de la Divina Pastora.


Vista de la fachada completa desde la calle Marqués de la Victoria.


En la azotea de la casa que había antes donde está la que acabamos de comentar,  frente a la recién abierta calle Marqués de la Victoria. Al fondo los pisos de Marina.


Calle Marqués de la Victoria a la que se abrió paso en los años sesenta. Para ello fue demolida la Fábrica de Aguardiente llamada La Esperanza, con su fachada de color amarillento, que ocupaba el nº 11, y un Corralón que estaba a continuación. Al comienzo de la calle a la izquierda aún queda parte de un viejo pozo. A la derecha la farmacia que ocupa el espacio de la destilería de la Fábrica de Aguardiente, que tenía un local como bodega en una dependencia del Real Carenero. La edificación de este bloque nº 15 se hizo en 1972.


Restos de un pozo


Fotografía de Carmen Lozano Montañés en la parte que se abrió para acceder a la calle Marqués de la Victoria.


Las casas de la reja son seis viviendas que quedan todas dentro del nº 13 de la calle.


Fueron construidas en 1950 sobre el solar de una antigua casa de 1890.


Hay rumores de que se van a ser expropiadas imagino que con vistas a la construcción de un edificio de más altura.


Fotografía de Carmen Lozano Montañés con una amiga, un grupo de muchachos del barrio y Pedro el del Corralón (aquel corralón fue derribado para abrir el paso a la calle Marqués de la Victoria). 


Otra de las viviendas restauradas en la misma acera tras cruzar la calle Santa Rosalía.


Último tramo de la calle aunque a partir de la calle Santo Domingo aún quedan dos viviendas de ésta.


Azulejo situado en la fachada de la casa nº 4. Obra de Alfonso Berraquero del año 2003. Dedicado a Jesús del Ecce Homo y la Virgen de la Salud.


Detalle de una de las almenas de la casa nº 9. De pilar cuadrado con adorno de copa con tapa.


Casapuerta de la vivienda nº 9.


En el nº 7 tenemos otro patio de vecinos que ha sido rehabilitado por Esisa en el programa de transformación de la infravivienda.


Interior del patio al que se ha demolido el edificio del centro que era como el que hemos visto en el patio nº 19


Rótulo situado en la fachada con la fecha de la rehabilitación.


Fachada de la casa nº 5


Frente a la calle Santo Domingo hay una vivienda que empezó a ser restaurada pero que paró la obra. Según cuentan por ahí está previsto que se abra una calle que conectará con la calle Bonifaz. 


La  misma vivienda vista desde la calle Santo Domingo.



La última finca de la acera derecha de esta calle era el conocido Patio Olea, que a finales de los ochenta aún tenía vecinos. Según el libro antes mencionado, aquellas familias no dejarían su vivienda por un piso, "ni aunque éste fuera regalado". Al final parece que no tuvieron más remedio que abandonar su querido patio. Esta finca tenía el nº 27 y en ella se veneró la imagen de la Divina Pastora antes de que fuera edificado su templo actual (1789).
En el rincón que forma esta finca estuvo instalada una tienda de ultramarinos de las más populares del barrio. Durante la década de los cuarenta y cincuenta fue regentada por Manuel Cajaraville, conocido como "Manolo el gallego". 









Fotografías del año 2012 del interior del Patio Olea. Las fotografías las pude hacer gracias a la amabilidad de Ana Moreno, una vecina de la calle Santa Teresa de Jesús cuya casa  queda colindante con el patio.


Rótulos de las calles Hernán Cortés y Santa Teresa de Jesús.


Fachada de la casa nº 2 al final del recorrido de la calle en su acera izquierda.


Almenas de una nueva construcción del mismo tipo de las que hemos comentado en la casa nº 9 que está al lado de ésta.


En esta foto podemos ver la anchura que tiene la calle desde su salida de la Plaza Sánchez de la Campa, o como es más conocida,  Plazoleta de las Vacas.


Imagen de google maps.


Esta calle formó parte de la calle santa Teresa Doctora hasta el día 25 de abril de 1874, siendo denominada con el nombre actual en ese año. Este nombre se volvió a aprobar el día 8 de marzo de 1993. 
Ha sido conocida popularmente como Cerca de Olea, Pastora Vieja, Santa Teresa Doctora y Callejón de las Pitas o calle de las Pitas.
El día 3 de mayo de 1873 aparece con el nombre de Pitas.
                                      


Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano fue una de las grandes figuras de la historia de España en los siglos XV y XVI. Nacido en Medellín, Corona de Castilla, (Colombia)  en el año 1485, fue general de la Armada, gobernador y capitán general de la Nueva España y marqués del Valle de Oaxaca, conquistador del Imperio Azteca ( hoy el centro de Méjico). Murió el día 2 de diciembre de 1547, en Castilleja de la Cuesta, Sevilla, dejando escrito que quería ser enterrado en el Nuevo Mundo, allí fueron trasladados sus restos en el año 1566, pero sus restos han sido trasladados de lugar en 9 ocasiones, en parte debido a su testamento en el que cambió varias veces el lugar donde quería ser enterrado. En primer lugar estuvo en el Monasterio de San Isidoro del Campo, en la cripta de la familia del duque de Medina Sidonia, bajo las gradas del altar.
En 1550 fue trasladado al altar de Santa Catalina en la misma iglesia.
En 1556 , por decisión familiar, se trasladaron a Nueva España y fue sepultado junto a su madre y una hija en el templo de San Francisco de Texcoco.
En 1629 a la muerte del último descendiente de Hernán Cortés, Pedro Cortés, en línea masculina, las autoridades civiles y eclesiásticas decidieron enterrarlos juntos en el convento de San Francisco de Méjico.
En 1716 una remodelación del templo obligó a trasladar sus restos a otro lugar dentro del mismo templo. Allí estuvo 78 años.
En 1794 las autoridades del virreinato exhumaron los restos y los trasladaron a la iglesia del Hospital de Jesús, donde decía su testamento que quería ser enterrado( aunque cambio varias veces su testamento). Este hospital había sido fundado por Hernán Cortés.
En 1823 sus restos fueron escondidos en la misma iglesia haciendo creer a los nacionalistas que se habían enviado a Italia. 
En 1836 calmadas las pasiones nacionalistas se volvieron a colocar en un lugar preferente en la iglesia donde estuvieron 110 años.
En 1946 historiadores del colegio de Méjico buscaron su enterramiento decidiendo que se quedara en el lugar encontrado pero en 1947 volvieron al primer lugar en que estuvieron en el Hospital de Jesús pero actualmente se encuentra en estado ruinoso, así que puede que nuevamente sea trasladado de lugar. 

Fue hijo único de un hidalgo extremeño, llamado Martín Cortés y de Catalina Pizarro Altamirano. Su madre fue prima segunda de Francisco Pizarro, quien posteriormente conquistó el imperio inca. Como otros hidalgos, su padre lo envió a los catorce años a estudiar leyes en Salamanca, ciudad que abandonó dos años más tarde, movido por su afán de aventuras.
Hernán Cortés se casó dos veces y tuvo once hijos documentados en seis relaciones diferentes. Su primera esposa, doña Catalina Juárez Marcaida, murió tras cinco años de matrimonio estéril el 1 de noviembre de 1522, bajo misteriosas circunstancias. Previamente y durante este enlace, Cortés tuvo cinco hijos extramatrimoniales.
En abril de 1528 Cortés contrae segundas nupcias con doña Juana Ramírez de Arellano de Zúñiga, hija del conde de Aguilar y sobrina del Duque de Béjar. Doña Juana se establece en el pueblo de Cuernavaca, viviendo en el palacio construido en 1526. De este matrimonio nacieron seis hijos.
Hernán Cortés murió en el viernes 2 de diciembre del año 1547 en Castilleja de la Cuesta, cuando pensaba volver a sus posesiones americanas. Recibió sepultura en el cercano monasterio de San Isidoro del Campo, en la cripta de la familia del duque de Medina Sidonia, bajo las gradas del altar mayor, con un epitafio que le dedicó su hijo Martín Cortés, segundo Marqués del Valle.


1 comentario:

  1. Nunca pude imaginar todo lo que encierra esta calle de mi pueblo; pero a Leonor no se le escapa nada. Qué arte!!!

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