La calle Mazarredo tiene su recorrido entre las calles Calatrava y Manuel Roldán. Comienza su numeración en la parte baja.
Este es el rótulo que encontramos en la fachada que hace esquina con Calatrava.
El edificio que encontramos a la derecha ocupa parte de lo que fue terreno de la plaza de Madariaga. Está construido con buen gusto manteniendo detalles propios de nuestras casas como son los cierros, balcones, cornisas y almenas. En la década de los treinta del pasado siglo había una pequeña vivienda a la que se accedía bajando unos escalones, ya que era como un semisótano.
A continuación hay una fachada con dos puertas, una de ellas tapiada ya que toda la finca pertenece actualmente a la misma familia. En una de las puertas vivía el Sr. Ibáñez que era practicante.
El herraje de los cierros tiene los barrotes decorados.
Almena de dicha vivienda, decorada con copa con tapa.
La casapuerta con azulejos a media altura mantiene las puertas antiguas pintadas con los cuarterones en beig y los bordes en marrón; el portón también antiguo, con mirilla, tiene un medio punto con vidriera y en el herraje figuran las iniciales IM. El suelo es de baldosas hidráulicas.
La casa nº 34 está restaurada manteniendo su forma primitiva. Tiene pretil con cartelas y almenas octogonales con los lados iguales dos a dos.
En esta imagen vemos mejor el pilar de la almena que acaba con una moldura y con base escalonada; adorno de jarrón con tapa acabado con una pequeña piña.
El nº 41 es una nueva construcción de dos plantas y piso bajo. En la fachada hay una puerta de garaje. Fue la vivienda de la familia Belizón.
Llegando a la esquina de la calle Santa Lucía hay otra vivienda bien conservada. que tiene una habitación en alto en la esquina.
En otra de las esquinas con Santa Lucía hay un edificio nuevo que tiene su entrada a la vivienda por Mazarredo y en la fachada de Santa Lucía tiene un garaje. La vivienda antigua era de la familia Pinto.
Seguimos el recorrido hacia abajo de la calle y cruzada la calle Santa Lucía encontramos una vivienda que sigue presentando su aspecto original. Para adecuar su fachada a la inclinación de la calle vemos el quiebro que hace la cornisa que queda bajo el pretil. Incluso la almena desplegada presenta diferencia en sus lados.
La vivienda que encontramos a la izquierda pasada la calle Santa Lucía tiene dos cierros a cada calle y la puerta a un lado de la fachada. Sus antiguos propietarios eran la familia Raposo.
En un local bajo se encuentra la Asociación Astronómica. En esta zona hubo una carbonería y a continuación una cuadra para caballos que utilizaban los repartidores de pan de la panadería que había haciendo esquina con la calle Churruca, a continuación de las cuadras. Primero fue la panadería de Muriel y luego su dueño se llamaba Pepe. En la fotografía vemos que en el terreno de todos aquellos negocios se ha construido un bloque de viviendas. La entrada a la panadería estaba por Churruca.
Otra de las viviendas que se demolieron para aprovechar el terreno y donde hubo una vivienda ahora hay dos, más un local en el que se dan clases de pintura.
A la casa nº 33 se le ha añadido un piso alto manteniendo la fachada de abajo sin cambios.
Su puerta de dos hojas pintada en marrón y beig está enmarcada con una moldura pintada en blanco como la fachada.
Haciendo esquina con Churruca encontramos un edificio de viviendas que tiene en el local de abajo un comercio de muebles. Este comercio de Bejarano estuvo situado anteriormente en la siguiente esquina a la izquierda, donde hoy día hay un negocio de ropa de chinos. Y también tuvieron un negocio de electrodomésticos en la calle San Rafael esquina con Maestro Portela (Ancha).
En la esquina izquierda hay otro edificio de viviendas sin locales comerciales.
Vista de la calle desde Churruca.
La casa nº 27 no ha tenido ninguna modificación. Su fachada está deteriorada y a las almenas les falta el adorno final. A continuación, la casa nº 25, tampoco ha sido modificada pero está en mejores condiciones. Sus almenas están terminadas con un cimacio y pequeña pirámide. En esta fachada encontramos un azulejo dedicado a San José, obra de Juan Pérez Bey, del año 2003.
Azulejo de Juan Pérez Bey dedicado a San José, año 2003.
Azulejo a Jesús de la Columna, obra de Juan Pérez Bey, año 2002. Colocado en la fachada de la casa nº 23 A.
Parte de una antigua edificación de la que aún queda un resto de la fachada, ha sido demolida y se ha construido un bloque de viviendas de dos plantas y con local comercial en la parte baja.
En esta fotografía vemos el resto de la antigua fachada que en su día fue una ferretería y más tarde un comercio de muebles. Pasando San Rafael, haciendo esquina, estuvo la sastrería de Cutilla y más tarde el ultramarinos de Eduardo, hermano de Vicente que también tenía un ultramarinos en la calle Rosario, y otro hermano de los anteriores que fue el regente de La Primavera, también ultramarinos situado en San Rafael.
Ventana con arco de medio punto y herraje.
Haciendo esquina con San Rafael, a la derecha, hay un comercio de ropa. Anteriormente hubo una pastelería llamada La Hortensia. En la otra esquina, pasada la calle San Rafael, hay una copistería donde hubo una barbería.
Vemos que el comercio de ropa ocupa la parte baja de una vivienda antigua que tiene en su primer piso varios balcones y la entrada por Mazarredo.
Portadas gemelas con chambranas similares de piedra ostionera como la cornisa que recorre la fachada bajo el piso alto que tiene balcones a la calle San Rafael. En el local comercial bajo hubo una perfumería y ahora una tienda de ropa infantil.
En esta imagen vemos la casa de dos plantas que hace esquina con San Rafael, en su local comercial que tiene puerta a esta calle estuvo la barbería. A las viviendas se accede por la puerta nº 19 en esta calle.
La casa nº 18 ha sido restaurada construyendo un piso alto cuya fachada se ha retranqueado para dejar vistas las antiguas almenas que quedan integradas en la nueva pared. Es una modalidad que hemos visto en otras calles. Lo que era el pretil de la casa antes de la edificación de la parte alta, está decorado con motivos geométricos en cartelas y sus almenas de pilar cuadrado y copa.
Fotografía del piso alto en el que vemos las almenas integradas en la nueva fachada.
A la derecha, en este tramo encontramos el rótulo de la tienda de ultramarinos de Gines, famoso por los excelentes jamones y su maestría en el corte.
En este tramo quedan muchas viviendas que se mantienen con su estética original, por ejemplo la que vemos en la imagen que tiene el nº 16. Esta casa tiene dos viviendas como podemos ver en la fotografía de su casapuerta que ponemos a continuación.
La forma en que están colocados los portones es muy típico en las casapuertas dobles de la ciudad. Suelen compartir un patio con montera que da luz a las habitaciones interiores.
Los cierros de la casa nº 15 tienen en su herraje un rosetón propio de la decoración isabelina.
Las almenas de la misma casa son sencillas, de pilar cuadrado con adorno de copa en este caso decoradas con unas asas adosadas. Remata el pretil con un pequeño herraje.
Resto de una decoración sobre la puerta en la fachada de la casa nº 15.
La casa 13 aparece con azulejos en toda la fachada. El zócalo y enmarcado de la puerta en mármol.
Casapuerta con suelo de losas hidráulicas. Portón antiguo con mirilla y medio punto con herraje y vidriera. Figura el año 1864 en el herraje.
Almena de la casa nº 16.
La casa nº 11 ha sido restaurada como la que hemos visto en el nº 18. las almenas que se encontraban en el pretil se han integrado en la fachada del piso superior. La parte baja se ha adecuado como garaje. Los cierros se ven cerrados sin aspecto de ser parte habitada.
Imagen del piso alto de la casa nº 11. Los cierros se han apoyado en el antiguo pretil que está decorado con cartelas.
Otra de las viviendas que se han arreglado dejando la fachada sin las características de las casas del resto de la calle.
La casa nº 14 en cuya casapuerta hay tres portones, presenta la fachada con dos terminaciones, una alicatada y otra de aspecto moderno.
Casapuerta de la casa nº 14 con tres portones de los cuales dos han sido sustituidos por puertas modernas rompiendo la simetría antigua. Se ha mantenido el suelo de baldosas hidráulicas y las puertas de la calle.
La fachada de la derecha de la misma casa sigue la misma línea de las puertas nuevas que hemos visto en la casapuerta. El herraje del cierro y el ventanal modernos.
Llamador de la puerta de la misma casa.
La casa nº 12 está restaurada con mejor criterio por la utilización de los materiales y colores de su decoración.
Una almena rematada con pirámide, casa nº 7.
Cierro de la misma casa.
Como vemos en esta fotografía se puede restaurar sin atentar contra la fisonomía de la calle.
Vista de la parte baja de la calle donde comienza la numeración. La casa nº 3 que vemos a la derecha de la foto, en los años cuarenta era un patio de vecinos pero debió ser una fonda porque a los vecinos de ese patio se les conocía como los de la fonda.
En el nº 1 encontramos el almacén de cosario del que se habla más adelante.
Pretil de la casa nº3 y parte alta de la nº 1.
Almena de la casa nº 3 en la que vemos un adorno que hasta ahora no hemos visto en ninguna de las calles que hemos visitado.
En este local hubo un cosario, almacén de paquetes que se dedicaba al reparto de los mismos por toda la ciudad. De madrugada iban con un carro hasta el puesto de arbitrios en el Puente Zuazo donde recogían los paquetes que luego serían repartidos. Muchos de ellos envases de cristal de productos farmacéuticos que en más de una ocasión se rompían en el traslado.
El cosario no era una agencia de transporte como las actuales, además de repartir la paquetería hacían encargos como traer lotería de Jerez o comprar unas entradas para los toros del Puerto, así como llevar en mano algún documento urgente porque correos era más lento. Así nos lo ha contado D. Antonio Orcero, hijo del propietario de este negocio.
Balcón en el piso alto. Tanto las almenas como la cornisa son iguales que la casa que hay a continuación.
En esta casapuerta por la que se accede a la parte de arriba del almacén, hay también una puerta lateral de entrada al piso bajo que se encuentra a la izquierda.
Las escaleras se ven antiguas, pintadas con pintura de aceite y pasamanos de madera.
Vemos el pretil en el que hay profusión de merlones.
Almena situada en el piso alto de la casa nº 1. Nos ha llamado la atención la decoración de la cornisa por la parte baja en la que aparecen pequeños modillones.
Almena en el pretil del piso bajo que llega hasta la calle Manuel Roldán. Como podemos comprobar es igual que la anterior y que todas las restantes de esta finca. Su pilar cuadrado formando ángulo inverso en las esquinas. Saliente de la base que está decorada con jarrón con pie y tapa.
Los cierros, que son tres, son de herraje sencillo y en el centro presentan un óvalo decorado.
Fachada lateral de la vivienda que tiene entrada por Manuel Roldán.
Rótulo de los antiguos situado a la izquierda del comienzo de la calle.
Vista de la casa de la esquina izquierda mirando desde la calle Manuel Roldán.
Almenas de esquina de la vivienda que tiene su entrada por Manuel Roldán. Están pintadas siguiendo la línea de la esquina de la fachada en la que figuran dos pilastras adosadas que terminan en una moldura debajo de la cornisa. El pretil con cartelas sitúa cada división bajo los merlones y finaliza con otra moldura que recorre todo el pretil. El adorno de las almenas es un jarrón con decoración vegetal.
Almena de las mismas características de las que hemos visto en la fachada lateral, en este caso se ha pintado con los tonos de la fachada que está restaurada.
(Fotografía publicada en el libro "Calles de la Isla")
Vemos la fachada de la derecha que se ha perdido tras la construcción de la vivienda de dos plantas que tiene dos cierros y dos balcones a la calle Manuel Roldán. Podemos verla en la siguiente imagen.
Imagen actual tomada desde el mismo punto que la del libro Calles de la Isla.
Vivienda nº 2 construida donde hubo un patio de vecinos.
Imagen de google maps
Esta calle fue conocida vulgarmente como calle Pozo o del Pozo. Aparece citada como Paloma o de la Paloma (por una tienda de comestibles en el entonces nº 8, que tenía ese nombre), en los años 1801/ 1862.
Se nombraba también como Sacramento. La denominación de Pozo fue muy utilizada popularmente en muchas calles de la Isla.
En 1873 aparece como Pozo, hasta que el 25 de abril de 1874 se acuerda el nombre de Mazarredo.
José de Mazarredo Salazar (1800), por Jean Francoise-Marie Bellier (Museo Naval de Madrid)
Don José de Mazarredo Salazár Muñatones y Gortázar, fue un marino español, nacido en Bilbao en 1745 y muerto en Madrid en 1812.
En 1759, a los catorce años, sentó plaza de guardiamarina en el departamento de Cádiz. Asistió a la Expedición contra Argel de 1775 y después se encargó de la compañía de guardiamarinas de Cartagena. Fueron obra suya los planes de navegación, fondeo y desembarco de los veinte mil hombres del ejército, a las órdenes del general O’Reilly.
Por los servicios distinguidos en esta campaña, el rey confirió a Mazarredo el cargo de alférez de la compañía de guardiamarinas de Cádiz, y en sus sucesivos empleos, de capitán de fragata y de capitán de navío, la comandancia de la nueva compañía creada en el departamento de Cartagena. En este puesto no sólo atendió a la dirección de la Escuela de Guardiamarinas, sino que tomó parte activa en la enseñanza de la náutica y la maniobra, escribiendo algunos trabajos orientados al objeto, como la "Colección de Tablas para los usos más necesarios de la navegación".
Nombrado Comandante del navío San Juan Bautista (1778), realizó levantamientos hidrográficos en la Península Ibérica, contribuyendo enormemente a la creación del "Atlas Marítimo".
Debióse también a Mazarredo la salvación de la gran escuadra hispano-francesa, que estaba compuesta por veintiocho navíos y cuatro fragatas españolas y treinta y ocho navíos y veinte fragatas francesas, que escoltaban un rico convoy de ciento treinta velas, que iba camino de perderse por la inoportuna salida que ordenó el general conde d’Estaing, contra el voto de Mazarredo y que éste pudo subsanar, consiguiendo que arribase la flota a Cádiz, pocos días después de haber salido de ese puerto, ante la amenaza de un fuerte temporal que, una vez transcurrido, hizo caer en la cuenta de lo acertado de su decisión.
En 1782 tomó parte con la escuadra que bloqueaba a Gibraltar en el ataque de las baterías flotantes y en el combate indeciso que aquella riñó, frente al cabo de Espartel, con la británica del almirante Howe, cuando ésta regresaba al Atlántico, después de haber conseguido entrar el Gibraltar, el socorro que tanto necesitaba la plaza.
Al final de esta campaña, se consiguió la Paz de 1783, siendo ascendido por ello a jefe de escuadra.
Dio un gran impulso a la enseñanza con ocasión de ejercer las funciones de capitán de las tres compañías de guardiamarinas, las de Ferrol, Cádiz y Cartagena.
En 1789 fue ascendido a teniente general y estuvo algún tiempo en Madrid, dedicado a la redacción de las "Ordenanzas", auxiliado por su inseparable ayudante el capitán de navío Escaño.
En 1793, fue recompensado por el Rey con una encomienda de la Orden de Santiago.
Nombrado Mazarredo capitán general del departamento de Cádiz y terminadas las obras del nuevo Observatorio de Marina en la Isla de León (San Fernando, 1798), ordenó el traslado del centro en cuestión.
En 1808 entra a colaborar con el rey José I Bonaparte como Director General de la Armada, consiguiendo que los navíos de Ferrol no fuesen llevados a Francia.
Regresó a Madrid donde, el día 29 de julio de 1812, le acometió un ataque de gota que le originó la muerte.