La calle Vía Láctea comenzaba en la calle Venus, pero hoy día se ha alargado su recorrido hasta el final de la calle Escritora María Zambrano; finaliza en la calle Luna. Es otra de las calles que ocupa terreno de la antigua Huerta del Lolo.
Rótulo de la calle.
Casi al comienzo de su recorrido primitivo, cerca de la calle Venus, encontramos una zona verde con algunos elementos para juegos infantiles y zona de descanso. Junto a esta plaza está el edificio de la AVV "San Servando Huerta el Lolo"
Zona de descanso y parque infantil.
Zona verde con palmeras washingtonias, acacias y otros árboles decorativos.
Edificio de la AVV San Servando Huerta el Lolo.
Vista de la calle desde el final de su recorrido.
Imagen de Google maps.
La Galaxia de la Vía Láctea o simplemente Vía Láctea es la galaxia espiral en la que se encuentra el Sistema Solar y, por ende, la Tierra. Según las observaciones, posee una masa de 1012 masas solares y es una espiral barrada; con un diámetro medio de unos 100.000 años luz, estos son aproximadamente 1 trillón de km, se calcula que contiene entre 200.000 millones y 400.000 millones de estrellas. La distancia desde el Sol hasta el centro de la galaxia es de alrededor de 27.700 años luz (8.500 pc, es decir, el 55 por ciento del radio total galáctico). La Vía Láctea forma parte de un conjunto de unas cuarenta galaxias llamado Grupo Local, y es la segunda más grande y brillante tras la Galaxia de Andrómeda (aunque puede ser la más masiva, al mostrar un estudio reciente que nuestra galaxia es un 50 % más masiva de lo que se creía anteriormente ).
El nombre Vía Láctea proviene de la mitología griega y en latín significa camino de leche. Esa es, en efecto, la apariencia de la banda de luz que rodea el firmamento, y así lo afirma la mitología griega, explicando que se trata de leche derramada del pecho de la diosa Hera, (Juno para los romanos). (Rubens representó la leyenda en su obra El nacimiento de la Vía Láctea). Sin embargo, ya en la Antigua Grecia un astrónomo sugirió que aquel haz blanco en el cielo era en realidad un conglomerado de muchísimas estrellas. Se trata de Demócrito (460 a. C. - 370 a. C.), quien sostuvo que dichas estrellas eran demasiado tenues individualmente para ser reconocidas a simple vista. Su idea, no obstante, no halló respaldo, y tan solo hacia el año 1609 d. C., el astrónomo Italiano Galileo Galilei haría uso del telescopio para observar el cielo y constatar que Demócrito estaba en lo cierto, ya que adonde quiera que mirase, aquél se encontraba lleno de estrellas.(Wikipedia)
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